Viví en Chile desde 1947 hasta 1975, donde realicé mis estudios de Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad de Chile (título obtenido en 1972) y trabajé como abogada hasta fines de 1974. Llegué a México como asilada política a fines de 1975. Mis trabajos en México fueron en el Departamento del Distrito Federal (1976-1977) y desde 1978, en la Dirección General de Estadística como investigadora, donde tomé dos cursos de Demografía. Paralelamente a mi trabajo en la Dirección de Estadística, cursé una Maestría en Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM desde 1979 hasta 1982, donde obtuve la medalla Gabino Barreda por el promedio más alto en mis estudios (título obtenido en 1986). Ingresé a la primera generación 1985-1987 del programa de doctorado en Ciencias Sociales con especialidad en Estudios de Población del entonces CEDDU de El Colegio de México en septiembre de 1985 y obtuve mi título de doctora en octubre de 1990. Realicé una estancia posdoctoral en el Centro Latinoamericano de Demografía de la CEPAL en Santiago de Chile en 1990-1991 y me incorporé a trabajar como profesora-investigadora de tiempo completo en el CEDDU de El Colegio de México a inicios de 1992. Después de mi jubilación en 2018 me incorporé al Programa de Estudios Interdisciplinarios (PEI) y sigo participando en el CEDUA. Soy mexicana por naturalización desde el año 2000.

Mis primeras publicaciones (dos libros como autora, varios artículos en revistas indizadas y capítulos de libros en editoriales de prestigio) fueron sobre migraciones de origen rural y sobre género y migraciones. Una de mis contribuciones en este campo de estudios se refiere a establecer que la composición demográfica de los hogares está estrechamente relacionada con las posibilidades de movilidades laborales. En lugar de los paradigmas tradicionales que planteaban a las migraciones como cambios desde sociedades tradicionales hacia sociedades modernas, analicé el paso desde economías nacionales orientadas hacia los mercados internos hacia los enfoques neoliberales que proponían la orientación a mercados externos, limitando al mismo tiempo las migraciones internacionales.  Mi principal contribución consistió en impulsar la incorporación de la categoría de género en los estudios demográficos, con todas sus complejidades teóricas y metodológicas, en lugar de limitarme a distinguir por sexo las variables dependientes e intervinientes. Las migraciones intensifican el uso de la fuerza de trabajo de las familias como estrategia de los hogares, especialmente en los ámbitos rurales y urbanos empobrecidos. Al analizar las migraciones de mujeres considero que fui pionera en plantear la dimensión de género como categoría central para estudiar las migraciones y los mercados de trabajo femeninos. La construcción social del control de la sexualidad de las mujeres moldea sus posibilidades de migrar, los tipos de migración en los que se pueden insertar, los peligros en las rutas, los lugares en donde se pueden hospedar en el tránsito, los contextos de llegada y el tipo de ocupaciones en las que se pueden emplear.

Mi segundo ámbito de investigación se refiere al condicionamiento del comportamiento reproductivo y los significados y prácticas sexuales de las mujeres por las construcciones y relaciones de género. Asumiendo propuestas teóricas sobre la influencia de las desigualdades sociales y de género en los comportamientos demográficos, y la necesidad de abordajes cualitativos para comprenderlos, desarrollé enfoques de investigación basados en los derechos humanos de las personas y de las mujeres en particular. Me incorporé al Programa “Salud reproductiva y sociedad” en 1992, donde participamos investigadores de tres centros de El Colegio de México: el entonces CEDDUA, el CES y el entonces PIEM, hoy CEG. Desde entonces, la mayor parte de mis publicaciones (seis libros coordinados y la mayor parte de mis artículos y capítulos de libros) han sido sobre salud reproductiva y sobre sexualidad y género. El concepto de Salud Reproductiva fue adoptado por el movimiento internacional de mujeres que participó en las conferencias internacionales de El Cairo (1994) y Beijin (1995), y consiste en un enfoque de derechos humanos sobre la sexualidad, la reproducción y la salud relacionada con ambas. Este nuevo paradigma sustituyó a los anteriores estudios sobre fecundidad y anticoncepción, enfatizando en los derechos humanos y las desigualdades.

Me centré especialmente en el estudio de las sexualidades y su construcción social diferenciada para hombres y mujeres, como un componente esencial del bienestar (o malestar) reproductivo. Más allá de las actividades del programa sobre Salud Reproductiva y Sociedad, que se prolongaron hasta 2010, he seguido con el estudio de las sexualidades, que permiten la comprensión de fenómenos demográficos como las migraciones, los embarazos, las maternidades consideradas tempranas y las uniones precoces y desiguales. He demostrado que se trata de comportamientos que varían notoriamente con base en desigualdades de clase o estrato social, de residencia rural o urbana, generacionales, étnicas y de niveles y calidades de escolaridad. Junto con la discriminación por género y a grupos diversos, estas desigualdades sociales limitan el acceso a información, el acceso a servicios de calidad, y restringen las opciones y posibilidades de elección, los derechos y las libertades. No se pueden hacer propuestas sobre políticas uniformes en materia de migración, de anticoncepción, de reproducción temprana o de matrimonio infantil, sin tomar en cuenta el contexto social en el que viven las personas, sin conocer las construcciones locales del género, la presencia y el tipo de violencia, las desigualdades, las condiciones de posibilidad para tomar decisiones y los significados culturales. Mi objeto de estudio son fenómenos demográficos, pero mi perspectiva para abordarlos es de carácter interdisciplinario. 
Obtuve el nombramiento de investigadora nacional nivel I del S.N.I. en 1993, el nivel II en 1999, el nivel III en el 2009 y el emeritazgo en 2024. La Fundación Rockefeller me otorgó una beca para realizar mi estancia posdoctoral desde 1990 a 1992 y la Fundación Mac Arthur me otorgó un fellowship de 2006 a 2009 por liderazgo en el campo de salud reproductiva. Soy miembro de la Academia Mexicana de Ciencias desde el 2001.

Además de mi trabajo como investigadora, he participado como directora y como lectora y sinodal en más de cien tesis de posgrado, tanto en El Colegio de México como en otras instituciones, y he participado activamente en la formación de redes académicas tales como el seminario sobre sexualidad y género de 1993 a 2003, el consorcio latinoamericano de programas sobre salud reproductiva, y el grupo interdisciplinario sobre salud reproductiva en México. Actualmente estoy escribiendo dos libros, uno sobre una migración histórica ocurrida en la primera mitad del siglo XX y otro sobre cambios en la sexualidad de las jóvenes mexicanas ocurridos en el siglo XXI.