Evaluación socio-ecológica del programa Altépetl Bienestar, 2019-2024

Objetivo y marco conceptual 

Objetivos

Objetivo general: 

Evaluar de manera integral los efectos del programa Altépetl Bienestar en el periodo 2019-2024 desde el enfoque inter y transdisciplinario y marco conceptual de sistemas socio-ecológicos, con la finalidad de proponer mejoras para este instrumento de política pública ambiental aplicado en el Suelo de Conservación de la Ciudad de México (SC-CDMX). 

Objetivos particulares: 

  • Analizar el proceso de cambio del uso de suelo y vegetación en el periodo 2000-2018 y las políticas públicas ambientales en el SC-CDMX en un contexto histórico anterior a la implementación del programa Altépetl. Y determinar los cambios anuales del uso de suelo y vegetación en las áreas de intervención del programa Altépetl en el periodo 2019-2024, utilizando análisis de imágenes satelitales para el estudio de variaciones espaciales y temporales.
  • Cuantificar la provisión de los Servicios Ecosistémicos y evaluar el impacto del programa Altépetl sobre sus cambios en el periodo 2019-2024.
  • Evaluar la percepción social de los impactos socio-ecológicos del programa Altépetl tanto de la población beneficiaria (brigadistas, productores, técnicos sociales y productivos, facilitadores de cambio), como de los funcionarios de la CORENADR, mediante la realización de entrevistas semiestructuradas y la aplicación de una encuesta a muestra representativa de los beneficiarios.
  • Preparar materiales de difusión y divulgación científica con los resultados a obtener a través de la evaluación de efectos socio-ecológicos generados por el programa Altépetl, 2019-2024.

Marco conceptual 

El abordaje de los efectos del programa Altépetl desde un enfoque integrativo desde el marco de Sistemas Socio-ecológicos (SSE) es esencial, dado que éste reconoce la interdependencia entre la sociedad y el ambiente, enfatizando cómo estos subsistemas interactúan en múltiples escalas temporales y espaciales. La comprensión de las dinámicas implica conocer las actividades humanas que están relacionadas con el uso del suelo y la gestión de recursos naturales, dado que afectan y son afectadas por el funcionamiento de los ecosistemas (Berkes & Folke, 1998). Este marco permite evaluar cómo las intervenciones en un aspecto del sistema completo pueden influir en otros componentes y la trayectoria general, resaltando la necesidad de implementar estrategias sostenibles, tanto ecológica como socialmente (Ostrom, 2009).

 
Fuente: McGinnis and Ostrom, 2014 

Este enfoque también es crítico para el desarrollo de políticas públicas que equilibren las demandas sociales con la conservación ambiental. En este sentido, se reconoce que las políticas públicas involucran la participación de varios sujetos sociales, con un papel crítico de quienes diseñan y operan estos programas, pues sus decisiones pueden resolver, exacerbar o ser impasibles ante las demandas sociales y problemas públicos socio-ecológicos para las cuales fueron creadas (Perevochtchikova et al., 2024). Por esta razón, es de suma importancia evaluar las políticas públicas para comprender sus impactos y la dirección que están tomando, y si es preciso, realizar los ajustes necesarios. Por lo que la evaluación socio-ecológica en su papel colaborativo interinstitucional entre comunidades involucradas, técnicos, gubernamentales y entidades académicas desde una visión inter y transdisciplinaria (Mercon et al., 2018), aportará con un análisis sistémico de los efectos que el programa Altépetl genera en la sociedad y el ambiente. Así como, proporcionará las bases necesarias para la mejora de toma de decisiones a través de una focalización y priorización de sitios de aplicación del programa, la optimización del ejercicio del presupuesto público y la precisión de reglas de operación. 

Integrar la percepción sobre los efectos socioeconómicos con los efectos ecosistémicos (enfocados en la oferta de los SE) permite guiar la formulación de políticas que promuevan un desarrollo sostenible, asegurando que las intervenciones atiendan las necesidades actuales de las comunidades y conserven o mejoren los SE para el futuro (MEA, 2005). Finalmente, el enfoque de los SSE permite una evaluación más integral de los impactos del programa al considerar los cambios en el uso del suelo, la cobertura vegetal y la provisión de servicios ecosistémicos, junto con las percepciones y experiencias humanas (Perevochtchikova, 2020). Esta perspectiva holística y multifacética es crucial para abordar los desafíos ambientales y sociales de manera efectiva, revelando cómo estos elementos interactúan y co-evolucionan, lo que es esencial para identificar y fortalecer los impactos positivos del programa, mientras se mitigan o se ajustan las estrategias en respuesta a los efectos adversos o no intencionados (Folke et al., 2005). 

Es importante resaltar que, la idea del proyecto propuesto ha nacido desde la perspectiva transdisciplinaria, en pláticas y la colaboración continua de más de 10 años en el campo, a través del conocimiento co- construido con las comunidades del SC-CDMX (Perevochtchikova et al., 2024).  Donde se ha expresado la necesidad de una evaluación integral de los efectos del programa Altépetl desde las comunidades participantes, así como desde la CORENADR en términos de evaluar el contexto histórico entre los cambios de uso de suelo ocurridos durante el periodo previo a la entrada en operación del programa Altépetl y en el periodo de la implementación del programa y, adicionalmente, las necesidades de fortalecimiento de capacidades de sus brigadistas y técnicos. Lo que se puede observar al incluirlas en el planteamiento metodológico mixto del proyecto. 

Cabe destacar que la presente propuesta se alinea y contribuye de manera directa dentro de las líneas de investigación que marcan los Programas Estratégicos Nacionales (PRONACES) de Agua, Sistemas Socio-ecológicos y Sustentabilidad, y de Soberanía Alimentaria (https://conahcyt.mx/pronaces/). Estas iniciativas federales por su parte se enmarcan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU en su Agenda 2030, así como con el Plan Nacional de Desarrollo.  En paralelo, con la agenda local de la Ciudad de México, se destaca su alineación y contribución dentro de los ejes estratégicos de la RED ECOs de Desarrollo Sustentable, mediante el aporte a dos de sus grupos de trabajo: Aseguramiento hídrico y acuíferos, así como en Sustentabilidad Alimentaria.